Noa2: visita al dentista… (fragmento)


Hola, como esta usted?- interrogo solo por “cortesía laboral” la chica que ni siquiera se digno a mirarme un solo segundo con su cabezota metida entre los papeles, un anticuado monitor y un vaso de soda que distaba mucho de estar vacía. Tampoco llego a compadecerse de mi situación cuando me pregunto de una sola vez nombre, teléfono y seguro social ni bien apenas había  entrado y acomodado mis codos en el mostrador.

-Que numero me tocara? Demorara mucho el doctor?- pregunte con igual fingida cortesía.

-No tardara mucho, solo queda usted como ultimo paciente. Dos minutos mas y me habría ido mas temprano hoy…- murmuro entre dientes y sacando puntas a un arruinado lápiz con una… maquinilla de afeitar? Por dios! estas si estaba “tostada”.

-Siento haberle arruinado su pastel…!- me disculpe indignado- Tratare de hacerle saber la próxima vez que me pueda doler inesperadamente una muela y así no haga planes con antelación!

-Disculpe usted señor!- me rogó ya dignándose a mira mi semblante adolorido sentarse al fondo del recibidor- No he tenido un buen día hoy y… Bueno, se que eso no le interesa a usted. Disculpe. Desea tomar algo mientras espera?

-Una pastilla de cianuro y una soda dietetica por favor.

La carcajada aguda, corta, pero intensa de aquella joven secretaria se oyó desde el comienzo del pasillo hasta dentro del propio consultorio del dentista. Mi sonrisa fue honesta esta vez y me alegraba romper el esquema tan frío de aquella empleada de la salud, para que un toque de compasión y bondad humana tocara su rostro.

-Perdone usted. Se que debe de sentirse terrible! Y yo ofreciéndole algo de toma.,Veré que puedo hacer para…

-Que sucede señorita Smile?- pregunto el avejentado y regordete dentista que aparecía en escena.

-”Smile?”- que irónico pensé, no tendría una sonrisa en su mejilla ahora mismo sino fuera por mi mal chiste; que por cierto era una eutanasica petición literal cuando la solicite. Es bueno saber que no todo establecimiento medico con una sección farmacéutica propia puede hacer realidad tan desesperado y morboso deseo para aplacar el sufrimiento; es de creerse que un dolor de muelas intenso haría que mas de uno se suicidara con tan solo su pensamiento si pudiera.

-Reíamos del clima, doctor.- me excuse; bueno, mas bien mentí. Porque? Que pretendía salvar? Entre la droga, mi neuralgia y la falta de sueño se estaban tornando, en todo sentido, incongruente mis acciones y mucho mas mi escaso razonamiento.

-Puede usted pasar a mi consultorio ahora joven- El dentista no estaba dando de entrada ninguna buena impresión. Su túnica llena de manchas de sangre no hizo mas que causarme un aguda punzada en la sien apenas las note. Otra vez me tocaría la desgracia de toparme con un ‘mata sanos’ que no aria mas que inyectarme agua por anestesia, usar una tenaza de veterinario y llegar a cobrarme mientras secara mis dedos con una servilleta de cocina del rio de sangre que dejaria sin control?

-Siéntese aquí y deje de pensar tanto. Se le nota demasiado tenso. A juzgar por sus pupilas estoy seguro que se a tomado ya suficiente medicación como para dormir a un caballo, pero su nerviosismo solo a logrado neutralizar sus efectos. Así que cálmense de una buena vez.- por alguna razón aquella suave y cálida voz surtió un tranquilizador efecto natural que, aunado a la sinfonía de quien sabe que concertista famoso, había puesto pesados de golpes mis cansados parpados.

-Donde consiguió usted mi numero? De la guiá telefónica o el diario local?- pregunto mientras dejaba de lavar sus manos y tras secarles se colocaba sus guantes de látex- Disculpe que pregunte, es que eh invertido algo de dinero en promocionar mi negocio y hasta ahora no se por donde esta dando resultados. Mi nieta fue la de la idea! No se crea que a mi me gusta…

Ni que a mi me importara…”- pensé. Tengo un numero de teléfono que alguien me dio una vez…-conteste- Y por alguna extraña razón coincidente, he estado utilizando sin querer cada uno de los servicios que ofrece.

-No entiendo. Como es eso?          

-Bueno, la verdad no se quien me lo dio, pero… fue uno de esos  servicio del tipo “paginas amarillas”… solo que no se… No cuenta con mas de unos diez servicios en total. Lo interesante del caso es que, a dado la casualidad de que los he usado casi todos…

-Casualidad, joven amigo? Casualidad? Hace anos que deje de creer en las casualidades… especialmente las que no son casuales.

No se que me habrá querido decir pero ya no le seguí la corriente y me dispuse a sentarme tranquilamente en la “silla de ejecución” de este anciano carnicero.

Copyrigths 2012.